El maíz es el mejor amigo de quienes no comen gluten. Ya sea que lo disfrutes en forma de copos de maíz para el desayuno, mazorcas de maíz a la parrilla, palomitas de maíz mientras vemos una peli o productos horneados hechos con harina de maíz, el maíz es un alimento básico en la dieta sin gluten. Pero el maíz no solo aporta sabor; estos pequeños granos amarillos sin gluten están llenos de importantes nutrientes que también tienen importantes beneficios para la salud. Sigue leyendo para descubrir todas las ventajas de incluir maíz en una dieta sin gluten.
¿Para qué sirve el maíz?
El maíz es un vegetal con almidón, lo que significa que es una buena fuente de energía. El almidón que contiene se llama almidón resistente, que es más difícil de degradar para el cuerpo. Por lo tanto, la energía del maíz se libera lentamente, lo que significa que proporciona energía durante más tiempo.
El maíz es rico en fibra insoluble, que alimenta las bacterias buenas en el intestino y ayuda a que la materia alimentaria pase más suavemente a través del tracto gastrointestinal
Una ventaja adicional del maíz es que es particularmente rico en carotenoides, luteína y zeaxantina, que son excelentes para mantener la salud ocular. Por lo tanto, el consumo regular de maíz es bueno para proteger contra las cataratas y la degeneración macular.
Propiedades nutricionales del maíz
Además de sus niveles particularmente altos de almidón resistente, fibra insoluble y carotenoides, el maíz proporciona una gran cantidad de vitaminas, minerales y aminoácidos esenciales, que componen una dieta saludable. Proporciona más del 10% de la ingesta diaria recomendada de fósforo, magnesio, potasio, vitamina C y las vitaminas B folato, tiamina y B12, y también es una buena fuente de provitamina A, vitamina E, hierro, manganeso, selenio, sodio y zinc. Es más, el maíz contiene valiosos antioxidantes y aminoácidos, los cuales son vitales para asegurar un crecimiento celular saludable.
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